Por: Iván Escobar
Las radios comunitarias y medios alternativos en general en El Salvador, enfrentan una serie de problemas de operación que pone en duda que en el país exista una plena libertad de expresión.
A lo largo de años hemos venido viendo esta realidad, luego de la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992 se pensó que la legalización de algunas radioemisoras clandestinas llegarán a ser legales –algo que así sucedió- pero sobretodo que se logrará en el país el goce pleno de derechos fundamentales, entre ellos
Pero no la realidad ha sido otra y los problemas en el caso específico de las radios comunitarias han estado a la orden del día, llegan a niveles de intolerancia como los que se viven ahora, que se amenaza y trata de sacar de la única frecuencia, a
El titular de este artículo es la expresión a finales de los 90´s, cuando las comunidades y las emisoras que integran
Al final los temores se confirmaron y los problemas se consolidaron, día tras días, pese a la función social que estos medios alternativos han expresado desde sus pequeñas frecuencias en las comunidades en las que surgieron, los grandes empresarios de la radiodifusión salvadoreña, siguen metiendo en el huacal a las radios comerciales y asegurando que toda radioemisora cumple la función comunitaria.
Algo falso desde mi punto de vista, ya que las radios comunitarias surgieron de la necesidad de la población, por expresar sus problemas cotidianos, sus necesidades y quejas ante las autoridades locales y nacionales. Y no convertirse en meras radios “cinqueras” tal y como lo consideran representantes de ARPAS.
El problema como ya mencionaba ha llegado a nivel altos de intolerancia, ya que a pesar de considerar a los medios alternativos o comunitarios, y en particular a las radios como pequeños, las grandes corporaciones siguen teniendo miedo, y los sectores de poder intentan a toda costa revertir su funcionalidad, y hacen todo lo posible para ponerles obstáculos, que logran muchas veces superar con la colaboración de las comunidades.
Y es que ya lo mencione anteriormente y lo reitero, porque las radios comunitarias, sí considero que desarrollan una función social, y que permite responden a las necesidades informativas que demandan las poblaciones.
Los medios de comunicación tradicionales, comerciales o grandes corporaciones, no satisfacen a la sociedad en general, eso esta claro. La proliferación de “medios pequeños” como muchos los consideran sin duda preocupa a muchos, pero en particular a los grupos de poder.
No es para menos, las radios comunitarias informan, denuncian, ponen el dedo en llaga, como vulgarmente se dice, sobre temas que atañen a sus comunidades. Muchas veces son la voz de pequeños problemas de seguro para la gran prensa, pero serios para una familia, para un funcionario de la zona donde opera este medio comunitario.
Deslegitimar a un medio por ser pequeño es injusto, ya que su audiencia merece respeto. No hay medios grandes, sino diversidad de ideas, al menos eso nos dicen los teóricos de la democracia en todas partes del mundo.
Pero las sociedades capitalistas, nos han llevado a repartir nuestras sociedades, en blancos y negros, nacionalistas o comunistas, medios comerciales o medios alternativos, medios de derecha o medios de izquierda, en fin existe toda una gama de calificativos, pero que al final solo contribuyen a polarizar una sociedad que ha sufrido desde 1932, un problema de rivalidad, entre los buenos o los malos, entre los ricos y los pobres, que a la fecha se mantiene.
Lo que si queda claro es que las radios comunitarias se mantienen por la demanda de la sociedad por tener información diferente, sin compromisos y que atienda sus necesidades. La función es grande y apartarlas sería un mensaje negativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario